Entro en el palacio, preparado para los festivales y deambulo por las afueras haciendo algunas fotos más. Me siento afortunado de tener esto tan cerca.
Paso por la Puerta del Vino, buscando regresar a casa, y una multitud de turistas armados con audioguías me arrolla. Si el turista normal es peligroso, no les digo nada del turista equipado con audioguía.
lunes, 4 de julio de 2011
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