Leo la prensa esta mañana, justo despues de desayunar, y me encuentro con una noticia realmente curiosa. Por lo visto han detenido a un peligroso elemento, que se dedicaba a reventar las fotos de los turistas. Por lo visto, el tal señor merodeaba cerca de los futuros inmortalizados y, justo cuando veía que el índice apretaba el botón y el click se asomaba al tímpano del fotógrafo, se colaba tras el sujeto de la fotografía poniendo cara burlona y haciendo con ambas manos el gesto de la victoria. En ese momento y aprovechando el susto en el cuerpo del fotografiado/a, huía riéndose de sus víctimas.
Según leía más adelante, las reacciones de los inmortalizados eran variadas. Algunos, los menos, no le daban mayor importancia. Otros maldecían el por qué había tenido que arruinar una foto tan bonita. Pero hay quien se lo tomaba más a pecho. Me refiero los turistas orientales, que viajan por y para hacer fotos, y más ahora con eso de las cámaras digitales. Este despreciable sujeto causó más de una crisis de ansiedad en los visitantes del lejano oriente, especialmente en los más jóvenes, que no comprendían que pudiera existir semejante alimaña suelta en nuestras calles.
Con su detención todos podemos estar mucho más tranquilos. Yo, al menos, respiro aliviado.
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