A pesar de que el otro día me lo dijeron, hoy lo he vuelto a hacer. He abierto mi armario, no había nadie dentro, y he cogido una camiseta a rayas. Muy bonita, por cierto, rayas anchas de color azul pastel y gris claro. Y luego me he puesto los pantalones.
Cuando han procedido a pasarme revista, me han hecho ver el terrible error que había cometido y del que yo era un completo ignorante. Me había puesto mi estupenda camiseta a rayas con un pantalón a cuadros. Y eso, sencillamente, no se podía tolerar.
Ante tal aberración estilística, y sobre todo ante la cara que me han puesto, he decidido ponerme una socorrida y discreta camiseta blanca, tan sencilla como insulsa, en aras de no herir la sensibilidad de los viandantes que se pudieran cruzar conmigo.
Y yo me pregunto, eso de que las rayas no vayan con los cuadros ¿A quién se le ha ocurrido? Hacen un contraste muy mono e interesante. Pero si se dice que no, pues nada. ¿Quién soy yo para discutir los muy sensatos parámetros sobre los que se asienta la moda de hombre?
Lo cual me plantea otra incógnita, ¿dónde se aprende qué camiseta va con qué pantalón? ¿hay algún tipo de centro docente que cubra esa necesidad vital del ser humano, o tendremos que vivir expuestos a esa tremenda tensión durante todas nuestras vidas? Me parecería muy injusto que así fuera, la verdad. Los poco estilosos como yo deberíamos poder acceder a algún tipo de beca o subvención por parte de la Unión Europea, puesto que nos encontramos en inferioridad textil, y si me apuran inferioridad moral, con respecto a los demás. Sin ánimo de dramatizar, somos unos parias de la sociedad.
Les dejo estas incógnitas y pensamientos para que reflexionen sobre ellas. Porque, lo que es a mi, me roban el sueño.
martes, 5 de julio de 2011
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